viernes, 5 de noviembre de 2010

CONDENADOS POR EL ARTE


Esta tarde fuimos con mi esposo al mall y había una exhibición de pinturas. Me acerqué a verlas y las analicé un poco y mientras eso ocurría 4 personas pasaron sin pedir permiso entre las pinturas y yo y, para hacerle más gracia al asunto, el encargado de la venta de las pinturas me observó con prepotencia y altanería viéndome de menos y quizás hasta pensando que me iba a robar alguna pintura jajajaja.

Cuando me acerqué comencé a analizar las pinturas porque algunas me llamaban la atención. Había un pintor de apellido Barralaga cuyas obras realistas (ambas que observé eran de mujeres) me hacían sentir una gran frescura en ellas como una naturalidad que a las personas nos hace mucha falta en estos tiempos. Una de ellas era una mujer estirándose el pelo y detrás de ella un espejo pero no se miraba el reflejo de lo que debería verse sino ella misma de frente con el cabello de otra manera. Antes de recibir las malas miradas de la buena educación de nuestros burgueses jejeje meditaba ¿por qué hacer un reflejo de la misma mujer en el espejo como si ambas se vieran de frente? y en ello recordé la entrada que escribí hace poco que debemos tener una perspectiva propia de todo aquello que nos rodea.


La Biblia nos indica que olvidamos rápidamente nuestro rostro luego de haber abandonado el espejo y es allí dónde mi mente comenzó a hilar ideas de cómo nosotros mismos nos engañamos deseando lo que no tenemos cuando en realidad no lo necesitamos y sabemos que aquellos que tienen estas cosas no son felices porque lo material no entrega felicidad a sus poseedores sino más sed de tener. Mi vecina afirma que se tiene una mejor vida cuando tenemos un título sin embargo la hija de la señora de esta casa tiene título y esa pobre parece hermana mía con lo limón y amargada que es. Ojalá y el dinero nos diera algo de felicidad tanto como mi padre lo quiere pintar pero el dinero es un papel vacío que nos tienta día a día hasta matar por obtenerlo.

El dinero nos consume y nos estupidiza hasta el nivel de no tener educación en un lugar fino demostrando mediocridad y simpleza de mente pero el buen andar pomposamente puede atrofiar la mente de muchos. Lástima que las mentes más fuertes con sabiduría y sed de conocimiento se escondan detrás de los peores harapos porque el tiempo de arreglarse finamente es tiempo perdido para muchas actividades productivas que pueden enrriquecernos. Créanmelo. cada vez que observó agradezco a Dios por lo que soy, la madre que tuve y su educación.

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