miércoles, 27 de octubre de 2010

VIVIENDO EL GALLINERO DE LA VIDA


¿Les ha ocurrido alguna vez que saben que están haciendo muchas cosas de manera inorrecta pero aún así es mucho más fácil hacerlas mal que corregirse? Pues bien, para que no crean que yo lo único que hago es mencionar a los demás déjenme incluirme en la necedad y en la ignorancia de saber que no es correcto lo que estamos haciendo o situarnos en un lado de la vida y no querer movernos de allí.
Ahora bien, cuando nosotros deseamos ser algo en específico y vivir de una manera determinada y esperamos que nuestra vida continúe en base a esas reglas es diferente porque no somos robot para vivir todos de la misma manera aunque muchos nos parezcamos en demasiadas cosas (Sino siéntense una tarde a hablar con sus amistades de los respectivos novios y maridos y observaremos que todos caen en el mismo saco jajaja). Si desean saberlo yo no visito médicos porque mi filosofía de vida es que no voy a pagar por hacer algo que Dios puede hacerme gratis porque él me creo o, yo detesto las personas que sin tener nada en la cabeza se creen más que los demás cuando hay tanto conocimiento en el mundo y por ello les incito a cada momento que estudiemos y aprendamos pues por dinero o posición nadie es más que nosotros.
Mi vecina que no tiene ningún título tiene la suficiente capacidad de contestar un saludo mientras que una odontóloga que vive en la casa ni eso puede hacer. La dueña de la casa donde vivo le ofende que se metan con ella pero ella anda comentando la vida de los demás y algo que no puedo dejar de presumir porque jamás dejaré de poner en alto el nombre de mi madre es que cuando hablábamos de alguien nos dejaba marcada la faja no sin antes recordarnos que para observar a los demás debíamos sacar un ejemplo y no una critica pues si teníamos tanto tiempo libre mejor leyéramos un libro.
Mi abuela siempre solía decirnos que tuviéramos cuidado porque en un gallinero, un día las gallinas estaban arriba y se hacían en las de abajo pero al siguiente las de abajo estarían arriba y otro cuento sería relatado así que jamás debíamos pisotear a nadie porque no sabíamos cuándo necesitaríamos de los demás. Dándoles un ejemplo cercano, mis propios hermanos creen que nunca voy a necesitar de ellos y el que me sigue que ya es ingeniero me hizo saber que yo no le comería su dinero (Gracias a Dios jamás he necesitado de él) o mi papá me acusó de ladrona porque estaba molesto de mi relación con mi esposo y apenas se me acusaba inmediatamente lo invitaba a buscar en mis cosas o revisarme que con mucho gusto le daba permiso y jamás lo quiso hacer y nunca me vió hacer nada pero aún al sol de hoy me acusa de ladrona y ¿Saben qué? Yo trato de mantener la boca cerrada porque así como yo puedo necesitar de ellos algún día, que ellos ni crean que nunca necesitarán de mí.

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